El telescopio más poderoso para observar la luz de algunos de los objetos más fríos del universo, ALMA, ha detectado enormes reservas turbulentas de gas frío ocultas alrededor de galaxias de estallido estelar. El hallazgo, liderado por un grupo internacional de astrónomos, ha sido posible gracias a la primera identificación de moléculas CH+ que registran la energía que circula por la galaxia. Además, permite explicar cómo se extiende el período de rápida formación estelar.