Según los expertos, el bioetanol es y será uno de los principales biocombustibles en Europa. Actualmente, su producción se basa en la fermentación de cultivos de azúcar y almidón empleando como materias primas el maíz, el trigo, la cebada o la remolacha, lo que se denomina bioetanol de primera generación.
Un equipo internacional de investigadores ha descrito el genoma del sorgo, una herbácea resistente a la sequía que está emparentada con la caña de azúcar y el maíz. El descubrimiento, publicado en Nature, permite valorar el sorgo como una fuente de alimentos, pienso y biocombustibles, con implicaciones trascendentales para la agricultura en regiones áridas donde cada vez más personas como en el oeste de África.