El pequeño dispositivo portátil consta de un sensor de glucosa, un algoritmo informático para calcular la dosis de insulina y una bomba para inyectarla. Se controla desde el teléfono móvil del paciente y ha sido desarrollado por un equipo de Reino Unido y Suiza. El sistema puede ser usado por enfermos que padecen tanto diabetes de tipo 2 como insuficiencia renal.