Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han desarrollado un sensor óptico flexible que opera con luz y una tira de celo. Se puede utilizar para valorar la calidad de las bebidas y parámetros medioambientales, como el agua. Entre sus ventajas figura su bajo coste y fácil montaje respecto a otros instrumentos ópticos.
Contar glóbulos blancos sin tener que hacer un análisis de sangre, mediante un pequeño dispositivo que se coloca en un dedo. Esto es lo que pretende un equipo de jóvenes ingenieros biomédicos empleando una tecnología que combina un sensor óptico y algoritmos. El sistema, con varios prototipos en fase de desarrollo, está pensado para su aplicación en pacientes sometidos a quimioterapia, que podrán conocer en tiempo real el estado de sus defensas. También servirá para detectar infecciones graves.