Los expertos insisten en la correcta elección de una gafa de sol para reducir las complicaciones oculares. Ahora, un estudio publicado recientemente en JAMA Ophthalmology pone de manifiesto que cada hora que se dedica a estar expuesto al sol en verano crece un 4% la posibilidad de desarrollar alteraciones en la estructura del cristalino.
Un equipo interdisciplinar de la Universidad de Santiago (USC), integrado por físicos y optometristas, trabaja desde hace tiempo en el desarrollo de tecnología aplicada al cuidado de la salud visual. Se centran en la fabricación de componentes microópticos para la medida y compensación de aberraciones oculares y también de la presbicia. Se trata de nuevas herramientas que en el futuro podrán ponerse a disposición de oftalmólogos y optometristas, y que contribuirán a mejorar el diagnóstico clínico.