Investigadores españoles han observado cómo residir alrededor de zonas verdes y con exposición reducida al tráfico conduce a un menor riesgo de problemas cardiovasculares a medio plazo. Algunos de los beneficios parecen ser más notorios en personas con bajos ingresos y en mujeres.
Un equipo internacional de expertos ha descrito por primera vez los metabolitos que advierten de la aparición de infarto de miocardio e ictus en la población de España y EE UU. El conocimiento adquirido podrá ser útil en el futuro para individualizar mejor la dieta ideal para la prevención de la enfermedad cardiovascular.
El ejercicio que se realiza para aumentar la fuerza muscular optimiza la salud cardiovascular a través de mecanismos no tradicionales, como la liberación por los músculos esqueléticos de sustancias saludables para el corazón –denominadas mioquinas– o la mejoría de la microbiota intestinal.
Presión arterial, actividad física, índice de masa corporal, consumo de fruta y verdura y consumo de tabaco son los cinco factores de salud capaces de evaluar el riesgo de aterosclerosis subclínica. El llamado índice Fuster-BEWAT, una herramienta basada en estos cinco indicadores que incluye además valores de colesterol y glucosa, es ideal en entornos donde no se disponga de muchos recursos.
En las zonas con una mayor cantidad de espacios verdes hay un riesgo menor de mortalidad, principalmente por enfermedades cardiovasculares. Así lo indica un nuevo estudio, publicado en la revista Environment International, que señala la relación entre la exposición a largo plazo a espacios verdes cercanos a las viviendas y la menor mortalidad en adultos.
Las personas que habitualmente consumen productos lácteos desnatados presentan mejores parámetros de salud cardiovascular que aquellas que toman lácteos enteros, de acuerdo con un estudio que acaba de ser publicado por el Nutrition Journal. Hasta ahora se había estudiado la asociación entre el consumo de lácteos y los malos resultados en varios parámetros cardiovasculares, pero no se había diferenciado entre los productos enteros y desnatados.
Las mujeres, las personas mayores de 62 años, los consumidores moderados de alcohol y quienes realizan ejercicio físico presentan una mayor adherencia a la dieta mediterránea, de acuerdo con los datos publicados en un artículo del Journal of the American Dietetic Association. Por el contrario, ser varón y obeso son los factores que se relacionan con una alimentación más alejada de los parámetros que se consideran saludables.
La revista Gaceta Sanitaria acaba de publicar los resultados del estudio PREDIMERC, que analiza la prevalencia de diabetes mellitus y los factores de riesgo cardiovascular en la Comunidad de Madrid. Aunque los niveles de diabetes en la región se sitúan por debajo de la media española, las cifras ponen de manifiesto una elevada prevalencia de factores de riesgo cardiovascular: la mitad de la población madrileña de entre 30 y 74 años tiene sobrepeso de grado II u obesidad, es decir, un índice de masa corporal superior a 27.
El 80% de las muertes por enfermedad cardiovascular se puede prevenir cuidando los factores de riesgo, la dieta y evitando el tabaco.