Además del ganado de pastoreo, las termitas, los elefantes y las aves de corral son capaces de reducir las posibilidades de un fuego forestal a través de su alimentación, sus huellas o al construir sus nidos.
El Madrid de hace 14 millones de años presentaba un paisaje muy diferente al de hoy. Una sabana casi desértica se extendía por el centro de la península en el Mioceno medio, con un clima tropical muy árido y hasta diez meses de sequía. Así lo revelan investigadores de la Universidad Complutense de Madrid que han comparado el tamaño de los restos de mamíferos hallados en el yacimiento paleontológico de Somosaguas con los que actualmente habitan África o Asia.
El equipo de científicos y militares españoles desplegados en la XXX Campaña Antártica en la base Gabriel de Castilla pondrá este jueves rumbo a casa a bordo del buque Hespérides. Junto a ellos, esta temporada se estima que más de 43.000 turistas también viajen al continente helado. Estos lugares inhóspitos y protegidos, como la Antártida, el desierto del Sáhara, la selva de Laos o la sabana africana, cada vez atraen más a un público cuya presencia debe pasar ahora lo más desapercibida posible.
Tras el proceso de separación del linaje del chimpancé, hace unos seis millones de años, nuestros antepasados más directos se especializaron de forma diferencial para explotar los recursos alimentarios en ambientes muy diversos. Según un estudio liderado por la Universidad de Barcelona, la dieta de nuestros antepasados más remotos, los homininos, fue más rica y variada de lo que se pensaba hasta ahora.
Ngambe es un chimpancé de Nigeria-Camerún rescatado del tráfico ilegal de animales que ahora vive en el Limbe Wildlife Center en Camerún. / Paul Sesink Clee.
En cinco años el cambio climático podría poner en ‘jaque mate’ a gran parte de la subespecie de chimpancé más amenazada del planeta: el chimpancé de Nigeria-Camerún (Pan troglodytes ellioti). La pérdida de su hábitat será drástica en 2020 y podría desaparecer por completo en 2080 en el centro de Camerún.
Enigmáticos montículos en medio de las praderas de la Amazonia boliviana han conducido a las primeras evidencias de ocupación humana en la región. Un equipo internacional de científicos las ha excavado y ha descubierto que sus sedimentos son los restos de caracoles, conchas y huesos, antiguas comidas de humanos de hace más de 10.000 años.
Las sabanas africanas prevalecieron en la mayoría de los lugares del este de África, donde los ancestros del ser humano y sus parientes simios evolucionaron durante los últimos seis millones de años. Así lo confirma en la revista Nature un equipo internacional de científicos que ha desarrollado un nuevo método de análisis para cuantificar la superficie vegetal.