Un trabajo, con participación del CSIC, ha analizado la variabilidad genética de las especies de reno en el pasado para estimar el impacto que tendrán en sus poblaciones las modificaciones de su entorno. La investigación ha caracterizado más de 1.200 individuos procedentes de todo su rango de distribución.
Los renos llegaron a la península ibérica durante el final del Pleistoceno Medio y hay numerosos ejemplos en los sitios del Musteriense y el Paleolítico Superior. Un estudio presenta nuevos datos de renos en la región oriental cántabra que apoyan el momento de la primera aparición de esta especie.
Un equipo integrado por miembros de la Universidad de Oviedo (UO) y la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha recopilado todos los hallazgos del mamut lanudo, del rinoceronte lanudo y del reno en la Península Ibérica para demostrar que, aunque de forma escasa, hace 150.000 años los grandes mamíferos, prehistóricos indicadores de clima frío, ya habitaban este territorio.
Los investigadores españoles hallaron los restos fósiles de fauna de clima glaciar en 72 yacimientos ibéricos, la mayoría en el norte de la península.
En algunas de las vastas regiones del Ártico, muchas veces no hay diferencia entre el día y la noche, porque durante ciertas épocas del año, el sol no se pone, o no sale, lo que puede provocar cambios en los animales. Científicos británicos y noruegos han estudiado el caso del reno del Ártico, que ha encontrado una solución para vivir bajo estas condiciones extremas: ha abandonado el uso del reloj interno que dirige los ritmos biológicos cotidianos.