En un momento tan necesario como el actual, investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia han desarrollado un sistema que, utilizando aire como refrigerante y alimentación eléctrica, mantiene la cadena del frío de las vacunas a temperaturas de hasta -200 ºC. Se puede aplicar en todo tipo de cámaras, desde las pequeñas enchufadas al mechero de una furgoneta hasta los grandes contenedores de barcos y camiones.
Instalar un sistema de refrigeración en un centro comercial o en un hospital supone un tiempo de diseño, y un coste de construcción y de consumo energético elevados, entre otros. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Córdoba, especialistas en ingeniería automática, ha desarrollado un método basado en modelos matemáticos aplicable tanto al diseño de nuevas infraestructuras como a las ya existentes para ahorrar costes y reducir el impacto medioambiental.
Investigadores de las Universidades de Almería y Sevilla han comprobado que la instalación de cajas evaporadoras de agua, similares a las que se instalan en las torres de refrigeración de inmuebles, reducen el consumo de agua y energía en invernaderos no herméticos.
Los efectos de la composición de la atmósfera en la patata procesada es el objeto de una tesis defendida por Ignacio Ángel Angós Iturgaiz en la Universidad Pública de Navarra. Su trabajo concluye que una atmósfera rica en dióxido de carbono (CO2) y con altas concentraciones de oxígeno (O2) mejora la calidad de la patata mínimamente procesada, ya que ralentiza los procesos de pérdida de agua y nutrientes, y su cambio de color (pardeamiento).
Una nevera que enfría por magnetismo, y un sensor de contaminación que se activa con la luz y se limpia solo. Aunque parezca que el único vínculo entre ellos es una dosis de futurismo, ambos comparten investigadores que viajan de uno a otro proyecto a bordo de la nanotecnología.