Un equipo científico internacional ha realizado la primera reconstrucción tridimensional del tiburón gigante extinto Otodus megalodon. El trabajo indica que el antiguo leviatán viajaba por el océano en migraciones prolongadas, a velocidades más rápidas que las especies de tiburones modernas. Su gran tamaño, de unos 16 metros, le permitía devorar enormes presas, que le daban energía durante meses.
Un investigador de la Universidad Pública de Navarra propone algoritmos de reconstrucción 3D basados en la visión estereoscópica que igualan los resultados de las mejores técnicas existentes y pueden ser ejecutados de manera más ágil en un ordenador.