Los incendios, el pastoreo y las altas temperaturas han propiciado la fragmentación de las poblaciones de tejos y las dificultades para la polinización en Extremadura. Un estudio demuestra que la germinación en estos ambientes marginales se ve afectada porque los roedores consumen casi la totalidad de las semillas del tejo, del que solo quedan 200 ejemplares envejecidos.