La Universidad de Zaragoza y el Instituto de Nanociencia de Aragón apuestan con fuerza por el hidrógeno y las pilas de combustible como la opción del siglo XXI para la producción limpia y eficiente de energía y calor, pero no a partir de combustibles fósiles, como el petróleo, gas natural, sino de energías renovables, como la fotovoltaica, solar y eólica.