El fraude conocido como phishing, que consiste en el envío de correos electrónicos por parte de un falso remitente solicitando los datos bancarios de un internauta, comienza a descender. Sin embargo, aumenta de forma muy rápida el uso de otros métodos que tienen los mismos fines y se basan en programas capaces de alojarse en ordenadores y permitir el acceso de usuarios externos a los datos personales, como es el caso de los denominados troyanos, según ha explicado en Salamanca un experto.