Un equipo multidisciplinar ha logrado medir por primera vez la dureza de un virus individual y constatar la existencia de presión en su interior. El trabajo, realizado por físicos y biólogos de la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad de Barcelona y el Centro Nacional de Biotecnología, representa un importante paso para entender los mecanismos de infección de los virus bacteriófagos.
Investigadores del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa han determinado cómo se organiza una proteína viral tipo histona en bacterias para la replicación del ADN viral. Se trata de un hallazgo que abre la puerta al uso de inhibidores que podrían afectar la organización de los genomas de los virus, y bloquear de este modo los ciclos infectivos a los que dan lugar.