En los meses posteriores a las Navidades, perreras municipales y protectoras de animales españolas ven un aumento en el número de abandonos de perros y gatos. Para muchos, su vida acaba en el momento en el que sus dueños se desprenden de ellos. Pero veterinarios, protectoras y voluntarios luchan para que estos animales abandonados –y casi siempre maltratados– tengan una segunda oportunidad.