Si la muerte es un tabú, la de un recién nacido lo es aún más. Un reciente informe señala las carencias del sistema de salud español a la hora de dar respuestas a las familias que pierden a su bebé. Otro trabajo señala que uno de cada tres embarazos fallidos quedan fuera de las estadísticas internacionales.
La muerte de un hijo aún no nacido sigue estigmatizada. Ni siquiera existe consenso en la terminología que debe acompañar a estas pérdidas para clasificarlas y ofrecer una respuesta adecuada a las familias. Para tener un proceso de duelo saludable los expertos recomiendan el contacto ‘post mortem’ y la elaboración de recuerdos mediante objetos y fotografías.