Un estudio, con participación española, ha permitido detectar por primera vez elevadas concentraciones de insecticidas piretroides en el tejido de diferentes especies de peces de cuatro ríos españoles. Los efectos de estos contaminantes (antimosquitos, antipiojos, etc.) se desconocen aún en seres humanos pero la Agencia de Protección Ambiental de EE UU clasifica algunos de ellos como posibles carcinógenos.