Los científicos han analizado las micotoxinas del género Fusarium en 154 marcas de cervezas, confirmando que no hay riesgo toxicológico para el consumidor medio. / SINC.
Investigadores de la Universidad de Valencia han analizado las micotoxinas que producen algunos hongos microscópicos en la cerveza y en frutas desecadas, como los higos y las pasas, confirmando que estos productos cumplen con la normativa alimentaria. Solo en el caso de personas que beban volúmenes muy elevados de cerveza, por encima de un litro diario, las cantidades de estas toxinas pueden llegar a ser significativas.