Los profesionales del audiovisual parpadean menos que el resto de personas. Así lo confirma un estudio liderado por la Universidad Autónoma de Barcelona. Los resultados se pueden aplicar en entornos de creación de productos audiovisuales, así como a pacientes con déficit de atención o con problemas visuales como visión borrosa, cansancio de la mirada o síndrome de ojo seco.
Investigadores de la Universidad Pompeu Fabra han participado en un estudio que podría tener aplicación en afecciones como el TDAH, el autismo o la neurorrehabilitación después del ictus. Se trata de una especie de reloj interno celular capaz de medir el tiempo de sus reacciones.
El parpadeo espontáneo participa en la liberación de la atención durante ciertos comportamientos cognitivos, como ver vídeos, lo que podría explicar por qué las personas generan esos movimientos mucho más a menudo de lo necesario para lubricar los ojos.