La Fundación BBVA ha galardonado a los paleoclimatólogos James Zachos y Ellen Thomas por identificar un ‘efecto invernadero’ de hace 56 millones de años. El hallazgo resulta de gran interés para predecir la evolución del cambio climático desencadenado ahora por el ser humano.
Investigadoras españolas han demostrado que la presencia de un único depredador, la lechuza, en una cueva sudafricana, indica que los cambios en el registro fósil de micromamíferos a lo largo de dos millones de años estarían producidos por variaciones ambientales. Estos resultados añaden fiabilidad a futuros estudios paleoecológicos y paleoclimáticos que se hagan en el lugar.
Un equipo internacional de investigadores liderado por el CENIEH acaba de publicar un artículo sobre la cueva eslovena de Postojna, la más visitada de Europa, en el que se demuestran por primera vez los efectos del cambio climático sobre estos entornos. Según los autores, sus conclusiones deberían tenerse en cuenta en la conservación del arte rupestre.
Según un artículo publicado en Scientific Reports, los paleoglaciares del Sur de Europa alcanzaron su máxima extensión hace 26.000 años, varios miles de años antes que en Europa Central y del Norte, coincidiendo con una época de mayor pluviosidad relativa en las montañas mediterráneas.
StalAge es un algoritmo de cálculo descargable y de uso gratuito para toda la comunidad científica, presentado en la revista Quaternary Geochronology, para la construcción de modelos de datación por series de uranio de espeleotemas
Un trabajo realizado por investigadores del CSIC, de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA), de la Universidad de Barcelona, de la Universidad de Columbia y de Geoscience Australia demuestra que las aguas profundas de la Antártida, ricas en CO2, fueron las responsables de la liberación a la atmósfera de gran cantidad de CO2 durante la última deglaciación planetaria, iniciada hace 17.000 años.