Un equipo de arqueólogos ha descubierto en el sureste de Turquía el palacio de un antiguo gobernador neo-asirio que data de los siglos XI a VII a.C., en el que se conservan pinturas murales y una instalación para un horno sobre ruedas y tumbas con ricos tesoros de enterramientos. Las ruinas se encuentran en peligro debido a la construcción de la presa de Ilisu.