El Physarum polycephalum se compone de una única célula y está desprovisto de sistema nervioso. A pesar de ello, este organismo unicelular, que puede desplazarse por los suelos del sotobosque en busca de alimento, también es capaz de aprender en pocos días, según demuestran por primera vez científicos franceses en un experimento. El hallazgo arroja luz sobre el origen de esta capacidad de aprendizaje en la evolución y en otros organismos como virus y bacterias.
Formación de la red del moho Physarum polycephalum hacia fuentes de alimento dispuestas como las ciudades que rodean Tokio.