El modelo estándar de física de partículas predecía que un determinado fenómeno podía ocurrir unas 8 veces cada 100.000 millones, y la colaboración NA62 ha logrado observarlo por primera vez: la desintegración de una partícula llamada kaón en otra denominada pión, ambas con carga positiva, y un par neutrino-antineutrino. Se trata de un ‘modo dorado’ para buscar procesos físicos desconocidos.
Con la ayuda de detectores en el desierto de Utah (EE UU), la colaboración internacional Telescope Array ha registrado el segundo rayo cósmico más energético conocido hasta ahora, bautizado con el nombre de la diosa del sol en la mitología japonesa. Su fuente podría estar en los fenómenos más energéticos del universo o en escenarios exóticos más allá de la física que conocemos.
Los últimos y precisos resultados experimentales que ha facilitado este verano el laboratorio Fermilab de EE UU sobre el muon, una partícula parecida al electrón pero mucho más masiva, siguen sin coincidir con lo que plantean los físicos teóricos y el modelo estándar. ¿Habrá que revisarlo? Las claves de esta discrepancia nos las ofrece David Tarazona, uno de los científicos del proyecto.
Los detectores ATLAS y CMS del gran colisionador de hadrones del CERN, en la frontera franco-suiza, han registrado la producción simultánea de cuatro quarks top, la partícula elemental más pesada. El Instituto de Física Corpuscular ha participado en este hallazgo, considerado clave para buscar nuevas partículas más allá del modelo estándar.
La colaboración científica internacional Collider Detector at Fermilab ha medido con precisión la masa del bosón W —una de las partículas elementales— y su valor es sorprendentemente alto, tanto, que se desvía de las predicciones del modelo estándar. El extraordinario resultado tendrá que ser validado por futuros experimentos, como los que se realizan en el gran colisionador LHC.
Investigadores del Instituto de Física Corpuscular (CSIC-Universidad de Valencia) han registrado la masa del quark bottom con una precisión sin precedentes a partir de sus interacciones con el bosón de Higgs. Además han comprobado que este quark es más ligero a energías más altas, confirmando que las masas de las partículas elementales cambian en función de la energía a la que se observan.
A diferencia del higgs, descubierto en 2012 en el gran colisionador de hadrones del CERN, físico teóricos de las universidades de Granada y Johannes Gutenberg en Alemania proponen la existencia de una partícula tan pesada que sería imposible de producir directamente en ese experimento. Podría ser una ventana para desentrañar los misterios de la materia oscura.
El detector LHCb y otros experimentos del gran colisionador de hadrones del CERN han registrado datos de una rara desintegración de mesones B (un tipo de partículas), que no se ajustan a las predicciones del modelo estándar. La discrepancia entre las medidas y la predicción teórica apuntan hacia una nueva física, en la que se presentan dos posibles candidatos para explicar las 'anomalías': una nueva partícula llamada Z’ y otra hipotética denominada leptoquark.
El experimento LHCb del gran colisionador de hadrones del CERN, en el que participan científicos españoles, ha detectado 'pentaquarks', una nueva clase de partículas constituidas por cinco quarks. Los investigadores han conseguido las primeras pruebas concluyentes de la existencia de estos estados de la materia.
Científicos de la Universidad de Granada han realizado un análisis de las propiedades de la partícula 'quark top’, la más pesada conocida hasta la fecha, así como de las posibles modificaciones de las teorías físicas que expliquen los resultados de los experimentos relacionados con ella. La investigación ayudará a interpretar algunos resultados del LHC.