Los resultados de un estudio recientemente publicado en la revista Intelligence por un grupo de investigadores pertenecientes a las Universidades Autónoma (UAM) y Complutense (UCM) de Madrid, sugieren que las diferencias individuales en inteligencia fluida (uno de los aspectos centrales de la inteligencia humana) podrían ser explicadas, en gran parte, por los procesos cognitivos que componen la memoria a corto plazo (la codificación, el mantenimiento y la recuperación).
La Memoria de Trabajo, o memoria a corto plazo, está relacionada con la capacidad por superar tests de inteligencia y se almacena en la corteza parietal. Se desconoce, sin embargo, el rol de otras zonas de la corteza activadas durante ejercicios de memoria visual. Un equipo IDIBAPS ha programado un complejo sistema virtual que simula una red de neuronas, según el cual la corteza prefrontal refuerza la activación de la corteza parietal. Esto permite aumentar la capacidad de la Memoria de Trabajo cuando es necesario. Datos obtenidos por Resonancia Magnética Funcional confirman esta hipótesis.