En los seres humanos es común tomar muestras de cabello para detectar el consumo de drogas o fármacos, pero este tipo de análisis no es tan frecuente en los animales. Un nuevo estudio ha logrado confirmar la presencia de la hormona del estrés, el cortisol, en muestras de pelo de mangostas comunes, protagonistas del #Cienciaalobestia, en Portugal.
La restauración de las poblaciones de lince ibérico (Lynx pardinus) en la Península podría aportar efectos positivos en la abundancia de especies presa como el conejo y la perdiz. Sin embargo, según un estudio del CSIC, la presencia del felino podría tener una incidencia negativa en otros depredadores como el zorro y el meloncillo.
El meloncillo, también conocido como mangosta común o egipcia, es una especie de mamífero carnívoro muy común en el suroeste peninsular, y es la única mangosta que existe en Europa. Hasta ahora se pensaba que este pequeño carnívoro había sido introducido por los musulmanes en la Península entre los siglos VIII y XV, pero un nuevo análisis demuestra que en realidad pudo ser un animal de compañía y quizás para control de plagas de roedores durante la época romana, en el siglo I.