Científicos del Centro de Regulación Genómica en Barcelona han empezado a mapear los circuitos neurales que se encargan de convertir los estímulos olfativos en respuestas motoras en la larva de la mosca del vinagre. La investigación, que publica esta semana la revista Current Biology, es un primer paso en la búsqueda de las computaciones que hay detrás de la navegación sensorial en un cerebro en miniatura.
La imagen representa la navegación de varias moscas (cada color equivale a un ejemplar) y el modo cómo aprenden a usar las señales visuales para ir de un punto A a un punto B (los círculos representan el proceso de aprendizaje). Al final de este proceso (círculo de la esquina derecha), las moscas tienen una trayectoria mucho más directa hacia su destino. Foto: T. Ofstad; M. Reiser; C. Zuker; M. Williamson