La biodiversidad marina del Golfo de Cádiz y del Mar de Alborán muestra un preocupante declive durante las últimas tres décadas, según revela un estudio liderado desde la Universidad Autónoma de Madrid. Los resultados, publicados en la revista Sustainability, muestran cómo los esfuerzos actuales no son suficientes para frenar las presiones antropogénicas que amenazan estos valiosos ecosistemas.
Un nuevo estudio ha identificado en el fondo del mar de Alborán un cuerpo de sedimentos, protegido por un volcán submarino, que podría haberse originado durante la gran inundación que rellenó la cuenca mediterránea a través del estrecho de Gibraltar hace 5,3 millones de años. Este hallazgo apoya la hipótesis de la megainundación, pero las evidencias siguen sin ser concluyentes, advierten los científicos.
La basura marina es un problema creciente en el Mar Mediterráneo, pero pocos estudios se han centrado en su composición, distribución espacial y evolución temporal. Ahora, un nuevo trabajo revela que en aguas españolas los plásticos son el principal componente y que la densidad es mayor en el Mar de Alborán que en la región levantina o Cataluña, donde la acumulación se ha mantenido estable.
La barrera hematoencefálica protege a las células del cerebro para que algunos compuestos tóxicos no lleguen a los receptores del sistema central. Sin embargo, hay algunos contaminantes que pueden atravesarla. Un estudio internacional, con participación española, ha descubierto que los contaminantes de llama, tanto los clásicos como sus sustitutos, y algunos compuestos biológicos, son capaces de traspasar esta barrera en algunos cetáceos y penetrar en su cerebro.
El mar más occidental del Mediterráneo ha podido ser explorado al detalle gracias a unos nuevos vehículos submarinos capaces de trabajar a 3.000 metros de profundidad. Las imágenes obtenidas servirán para caracterizar las fallas activas y conocer los efectos de otros terremotos a lo largo de la historia, permitiendo evaluar los riesgos geológicos de la zona.
Durante el otoño e invierno de 2001 se capturaron en el mar de Alborán más de tres mil toneladas de anchoas, mientras que en el 2010 la cantidad no rebasó las doscientas toneladas. Un equipo del CSIC ha comprobado que la corriente de agua atlántica que irrumpe en el Mediterráneo a través del Estrecho de Gibraltar es la responsable de esta diferencia.
Una investigación del Museo Nacional de Ciencias Naturales analiza la estructura genética y la conectividad entre las poblaciones mediterráneas del coral naranja (Astroides calycularis). El estudio concluye que la conectividad genética es muy baja entre colonias que distan más de un kilómetro. Estos resultados pueden ayudar al diseño de Áreas Marinas Protegidas que garanticen la conservación de esta especie, uno de los pocos invertebrados marinos incluidos en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.
Nuevas fallas activas bajo el mar de Alborán (I)
Nuevas fallas activas bajo el mar de Alborán (y II)