Para restaurar el patrimonio cultural degradado, conviene conocer primero la causa del deterioro. Una nueva metodología analítica considera el material de origen y el producto en que se ha convertido con el tiempo para comprender su evolución. Su uso en Pompeya apunta al hombre como causa de muchos de los daños.
Un grupo de investigación del Departamento de Química Física Aplicada de la Universidad Autónoma de Madrid ha trabajado en un nuevo método para obtener nanopárticulas de magnetita con un tamaño determinado.