Tras escuchar a su hijo llorar, una mujer acude a consolarle. La ciencia lleva años explicando diversos aspectos de esta cotidiana situación. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista PNAS apunta que la reacción de las mamás ante el sollozo de los niños es universal y consta de tres pasos: levantar, sostener y hablar con el bebé.
El padre es tan hábil como la madre para reconocer a su hijo cuando le oye llorar. Esta conclusión, a la que han llegado científicos franceses, desmiente la creencia popular de que las mujeres poseen un ‘instinto maternal’ que favorece sus competencias en la cría del niño. La diferencia viene marcada por el tiempo que cada uno de los padres pasa con el bebé, más que por el sexo.
Investigadores españoles han estudiado el grado de precisión que tienen los adultos para reconocer la emoción que provoca el llanto en los bebés. El movimiento de los ojos y la dinámica del llanto son claves en su reconocimiento.
Inmediatamente después de la muerte de un allegado, la probabilidad de sufrir un infarto es 21 veces superior a la normal. Con el paso de los días este riesgo se aminora, pero aun así, a lo largo de una semana permanece multiplicado por seis.
Resulta complicado conocer el grado de sufrimiento de un niño que todavía no habla tras una intervención quirúrgica. Investigadores del Hospital Universitario La Paz (Madrid) han validado la escala ‘Llanto’, la primera y única herramienta en castellano que mide las molestias de los menores de forma rápida y sencilla.
Desde sus primeros días, el llanto de los recién nacidos lleva la marca del idioma que hablan los padres. Los hallazgos, publicados hoy en la edición on line de la revista Current Biology, sugieren que los bebés comienzan a recoger los elementos de lo que será su primer idioma en el útero y desde luego, mucho antes de sus primeros balbuceos.