La historia de la localidad salmantina de Béjar está muy ligada a la industria textil, pero los nuevos tiempos exigen mejoras e innovación para que estos negocios sigan siendo competitivos. Un grupo de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial, perteneciente a la Universidad de Salamanca, trabaja para encontrar mejores sistemas que los actuales, pero el rigor científico exige un primer paso: lograr un sistema fiable para medir el grado de blanco.
Investigadores españoles y escoceses han añadido fibras de lana al material arcilloso con el que se fabrican los ladrillos y las han unido con alginato, un polímero natural que se extrae de las algas. El resultado son unos ladrillos más resistentes y ecológicos, según acaba de publicar la revista Construction and Building Materials.