Un nuevo estudio basado en el análisis de restos de ADN humano localizado en Atapuerca sugiere que las hambrunas obligaron a los habitantes de la Edad de Bronce de la península ibérica a tomar leche y derivados para subsistir. Es una nueva explicación para el origen de la tolerancia a la lactosa de los europeos. Hasta ahora se consideraba la necesidad de tomar vitamina D para asimilar el calcio como única teoría que explicaba esta tolerancia.
Un estudio francés, publicado en la revista PNAS, descubre que el ser humano partió de las costas del Mediterráneo para extenderse por el sur de Europa durante el Neolítico (del año 7000 a. C. al 3000 a. C.). El análisis de ADN de 53 individuos hallados en una cueva gala revela que la mayoría eran hombres, que las parejas y sus hijos convivían con los padres de él y que el grupo no digería bien la leche.