Una investigación internacional ha analizado el genoma de este animal, hasta ahora considerado una subespecie del lobo marino sudamericano (Arctocephalus australis). Los resultados del estudio concluyen que el mamífero surgió hace unos 400.000 años, tras la hibridación entre individuos costeros continentales y otros de las islas Galápagos.
La fauna y flora únicas de las islas Galápagos les ha valido el sobrenombre de “islas Encantadas”. Además, en este archipiélago Charles Darwin empezó a fraguar su famosa teoría de la evolución. Investigadores de España, Dinamarca, Ecuador y Portugal han analizado ahora 19 especies de aves de estas islas y han determinado que todas ellas interactúan con plantas que tienen flores, tanto nativas como invasoras, por lo que podrían estar facilitando la invasión de algunas especies.
A la hora de escoger un destino turístico con un toque de ciencia, Andrés Moya, catedrático de Genética de la universidad de Valencia y presidente de la Sociedad Española de Biología Evolutiva (SESBE) lo tiene claro: “Acudir a las mismas islas que visitara Darwin en su momento prácticamente ya constituye una justificación en sí para todo evolucionista”.
Cuando en 1835, el naturalista británico Charles Darwin visitó el archipiélago no vio las iguanas rosadas. Habría que esperar más de 150 años para que se descubrieran, y hasta ahora para que científicos italianos y ecuatorianos determinen, gracias a los análisis genéticos, que es una especie única.