Científicos de la Universidad de Cantabria han descrito cuáles son las bases genéticas que determinan el tamaño del cerebro en las primeras fases del desarrollo. Los expertos han identificado cinco nuevos lugares del genoma, y replicado otros dos descritos con anterioridad, asociados con el volumen intracraneal.
Considerados torpes e incluso ‘bobos’, los dodos se extinguieron rápidamente tras la llegada de los europeos a la isla donde vivieron en el océano Índico hasta el siglo XVII. A pesar de que su reputación se extendió a la cultura popular, un nuevo estudio, que ha escaneado el cráneo de esta y otras aves, demuestra que en realidad eran más inteligentes de lo que se creía, y que desarrollaron más su olfato que su vista, contrariamente a la mayoría de los pájaros.
El ingeniero José de Gea Fernández (Barcelona, 1976) desarrolla innovaciones robóticas en el Centro de Investigación Alemán en Inteligencia Artificial (DFKI) desde hace más de una década. Este mes ha estado en Madrid para hablar de la humanoide AILA y el robot 'primate' Charlie durante el congreso Humanoids 2014, además de para coordinar en la Fundación Ramón Areces un simposio sobre cooperación en la exploración espacial.
Tras analizar los expedientes académicos de dos mil estudiantes entre los 6 y los 18 años, investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid han mostrado que la actividad física mejora el rendimiento académico.
Un estudio con gemelos monocigóticos relaciona la lectura precoz con mejores capacidades intelectuales para el razonamiento. Los resultados pueden tener implicaciones en el proceso educativo.
La corteza cerebral es una capa delgada de células nerviosas, de unos pocos milímetros de espesor, que interviene en funciones cognitivas tan importantes como la percepción, el lenguaje, la memoria o la conciencia. El grueso de la corteza es un factor que se ha asociado al coeficiente de inteligencia.
Investigadores de la Universidad de Granada han demostrado que no existe un test de inteligencia universal que se pueda utilizar en todas las culturas, ya que las diferencias culturales determinan los resultados de este tipo de pruebas, que miden el cociente intelectual de una persona.
Ser un niño con altas capacidades es mucho más que poseer un cociente intelectual elevado. Se trata de una condición compleja, que suele ser temida, envidiada y casi siempre mal entendida. La mayoría sueñan con ser como el resto y terminan por invisibilizar su talento o, en algunos casos, fracasar en el colegio. La clave para evitarlo es ayudarles a desarrollar su potencial.