A partir del estudio del texto Ipomydon, del que sólo existe una copia manuscrita guardada en la Biblioteca British Library, el investigador de la Universidad de Alicante, Jordi Sánchez Martí, ha reconstruido la historia impresa de los romances medievales ingleses. Los resultados destacan que la centralización de la actividad impresora en Londres afectó a la diversificación de títulos.