Investigadores de la Universidad de León ensayan un sistema de biodesulfuración del carbón presente en las cuencas mineras de la provincia, Asturias y País Vasco. El proceso se basa en la acción de unos microorganismos existentes de forma natural en estos carbones (hullas y antracitas), que son capaces de disolver el azufre inorgánico, cuya combustión produce un dióxido de azufre, un gas contaminante. Los resultados obtenidos muestran una reducción del azufre inorgánico en un 50 por ciento en un mes de tratamiento. El sistema es más barato que otros aplicados actualmente en centrales térmicas.