Científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana publican un artículo en el que, mediante simulaciones digitales, analizan el efecto de las extinciones y apariciones de grandes carnívoros de la península ibérica sobre las oportunidades de carroñeo para los homínidos.
Mediante modelos computacionales, científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) han demostrado que los homínidos fueron capaces de competir con las hienas gigantes para conseguir los cadáveres, que abandonaban los tigres dientes de sable y jaguares, hace 1,2 millones de años en el sur de Europa.
Un equipo de investigadores, liderado por la Universidad de Granada, ha desentrañado la compleja relación que existe entre ambas especies animales alrededor de la carroña de la que se alimentan. El estudio permite entender cómo los dos mayores carnívoros africanos pueden coexistir incluso en pequeñas reservas naturales.
Los grandes carnívoros africanos como leones, hienas y guepardos no solo luchan por su supervivencia cazando a sus presas, también se enfrentan los unos contra los otros para conservarlas. Más de 35 años de observaciones han permitido demostrar que los guepardos, protagonistas de #Cienciaalobestia, han desarrollado diferentes estrategias para evitar que otros les roben su comida.
El análisis de dos cráneos y tres mandíbulas almacenados durante décadas en el Museo Americano de Historia Natural arroja nuevas pistas sobre uno de los antepasados más enigmáticos de hurones, comadrejas y tejones. Un nuevo estudio, liderado por la Universidad Complutense de Madrid, confirma que Megalictis ferox era un depredador del tamaño de un jaguar que utilizaba sus dientes para triturar huesos, como hacen hoy las hienas, algo que se desconocía hasta ahora.
Científicos españoles han descubierto en el yacimiento de Barranc de la Boella (Tarragona) una letrina con excrementos fosilizados de hienas del Pleistoceno. El análisis de estos restos permitirá conocer la alimentación de estos animales y cómo era el entorno en el que vivieron hace cerca de un millón de años. Además, los investigadores han encontrado otros restos de las primeras poblaciones humanas en Cataluña.
Científicos de la Universidad de Michigan han descubierto que las hienas tienen la capacidad de comunicarse entre ellas a través de varios tipos de bacterias que tienen bajo su cola.
En el mapa de la izquierda aparece la situación de los yacimientos con restos fósiles que indican la presencia de la especie en Europa durante el Pleistoceno Tardío, hace 126.000 años (círculo negro), 42.000 años (triángulo negro), 30.000 años (círculo blanco) y 21.000 años (triángulo blanco) y en el la derecha las localidades africanas con presencia actual o histórica de Crocuta crocuta.