La hemorragia cerebral supone entre el 30 y el 40% de mortalidad y es una de las primeras causas de discapacidad grave en el adulto. Investigadores españoles han desarrollado un nuevo compuesto que reduce el daño neurológico y mejora la recuperación funcional en modelos preclínicos de la enfermedad. Los resultados muestran que el fármaco detiene el sangrado y reduce la inflamación.
La recuperación de los pacientes que han sufrido un ictus viene determinada por la genética, según un estudio del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL) que ha sido publicado en la revista Cell Death and Differentiation del grupo Nature. Los investigadores han comprobado que dos variantes de una proteína sirven para determinar el pronóstico funcional tras una hemorragia intracerebral.