Investigadores españoles han demostrado que el sistema de la ‘gota caminante’ cumple una ecuación de cuantización que explica la aparición de niveles de energía de un sistema cuántico.
Los líquidos contienen diminutas burbujas de gas, que al estallar arrastran gotas. Un investigador de la Universidad de Sevilla ha desarrollado un modelo que explica los mecanismos que gobiernan este efecto, donde el tamaño de la burbuja influye en la velocidad a la que sale disparada la gota, y que está detrás de fenómenos tan distintos como el aroma de los vinos y la formación de las nubes desde el mar.
Desde que los sistemas de detección de rayos se desarrollaran en la década de los 80, se viene investigando sobre la posibilidad de estimar la precipitación producida por una tormenta en función de los rayos generados en la misma. Si esto fuera posible, bastaría con conocer la distribución de rayos en una cuenca para estimar la cantidad de precipitación que esa recibe. Joseba Areitio, licenciado en Ciencias Físicas por la UPV/EHU, ha realizado su aportación a esta línea de investigación recopilando datos del País Vasco.
Una ilustración de 1799 sobre la gota realizada por James Gillray.
Un medicamento de uso general para el tratamiento de la gota (el alopurinol) podría mejorar la salud de quienes padecen nefropatías. Así lo indica una nueva investigación, realizada por médicos del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, que muestra, por primera vez, que dicho fármaco mejora la función renal y reduce los riesgos para el corazón.