Una nueva metodología desarrollada por el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del CSIC y la Universitat Rovira i Virgili analiza más de 2.000 compuestos químicos potencialmente nocivos para la fertilidad masculina. Se han detectado 21 sustancias como aditivos plásticos, de neumáticos y compuestos perfluorados.
Un nuevo estudio revela conexiones entre los disruptores endocrinos a los que pueden haber estado expuestas las mujeres embarazadas y las trayectorias en el índice de masa corporal (IMC) de sus hijos e hijas. La exposición prenatal a algunas sustancias químicas ambientales se vincula a un aumento acelerado del Índice de Masa Corporal (IMC) desde el nacimiento hasta los nueve años de edad.
Un estudio europeo, publicado en The Lancet Planetary Health, analiza por primera vez el impacto en la salud respiratoria del exposoma, es decir, de la totalidad de exposiciones ambientales humanas desde la concepción en adelante. Los resultados mostraron que tanto la exposición prenatal como durante la infancia se asocia con una peor función respiratoria.
Los trastornos de hipertensión durante el embarazo son una de las principales causas de mortalidad y morbilidad materna y fetal. Un nuevo estudio analiza el impacto de la exposición a 21 sustancias tóxicas no persistentes, como los ftalatos, parabenos o bisfenol A, en la presión arterial de mujeres embarazadas.