En la división celular los microtúbulos funcionan como largas ‘sogas’ de nanómetros de grosor dentro de las células, que tiran de los cromosomas para que cada célula hija se quede con una copia del material genético. El trabajo de un equipo científico español sienta las bases de futuros avances en el tratamiento de enfermedades que van desde el cáncer a los trastornos del neurodesarrollo.
Cualquier papel en dos dimensiones puede transformarse en una forma tridimensional estable por medio de pliegues. Con esa premisa, investigadores de la Universidad de Harvard (EE UU) han conseguido crear grandes estructuras inflables, como arcos o refugios, que se mantienen rígidos al cesar el suministro de aire. Los responsables del hallazgo creen que tiene un gran potencial para su uso en catástrofes naturales.
Un equipo internacional de científicos ha diseñado sensores que son capaces de monitorizar de manera continua grandes infraestructuras, permitiendo detectar con gran precisión y, lo más importante, con antelación, erosión o fisuras en puentes, presas o vías férreas. Este sensor también podría tener aplicaciones biomédicas.
Un equipo científico, liderado por el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, combina ingeniería genética, superresolución y biocomputación para acercar a los ojos de los científicos la maquinaria proteica dentro de células vivas. El estudio, que publica la revista Cell, revela aspectos centrales del funcionamiento de un ensamblaje de proteínas vital para animales y plantas.
Una bioimpresora ha servido para crear en el laboratorio estructuras de tejidos humanos capaces de madurar y vascularizarse. Aunque aún no están listas para trasplantarse, estas estructuras, creadas por especialistas en medicina regenerativa de EE UU, tienen el tamaño y la estabilidad adecuadas para reemplazar partes del cuerpo. El sueño de los ingenieros de tejidos está más cerca.
Durante mucho tiempo los paleontólogos han supuesto que las estructuras ornamentales óseas que aparecen sobre las cabezas fósiles de algunas especies de dinosaurios, como los protoceratops, les permitían mostrar estatus social y crear atracción sexual. Ahora, un equipo de científicos británicos confirma por primera vez que cuernos y crestas en la cabeza les ayudaban a encontrar pareja.
La Universidad de Granada y la constructora andaluza HELIOPOL, perteneciente al Grupo RUSVEL, han firmado un convenio de colaboración tecnológica para la investigación y desarrollo de un sistema para disipar la energía sísmica en las construcciones.