Un estudio de dos instituciones españolas arroja luz sobre regiones del genoma que podrían convertirse en dianas farmacéuticas para tratar el cáncer. Estos avances facilitarían el desarrollo de medicamentos antitumorales más selectivos, que podrían disminuir las probabilidades de padecer efectos secundarios.
Investigadores de la Universidad de Rockefeller (EE UU) han descrito el complejo mecanismo que utilizan los receptores olfatorios para detectar las moléculas odoríferas, y por primera vez ofrecen imágenes, obtenidas con microscopía crioelectrónica, de su estructura funcionando. Estos receptores son ‘promiscuos’, se pueden unir a un gran número de moléculas diferentes.
Investigadores del Centro Nacional de Biotecnología, en colaboración con otros centros europeos, han reconstruido la estructura tridimensional del complejo CCR4-NOT, formado por ocho proteínas muy implicadas en la división celular. Su mal funcionamiento puede desembocar en problemas graves como cardiomiopatías o distintos tipos de cáncer.
Investigadores de la Universidad de la Rioja pueden alterar la estructura de una proteína cambiando el color de la luz que incide sobre ella. La técnica consiste en colocar un compuesto que actúa como un 'interruptor' sensible a la luz, lo que puede ayudar a activar la proteína en el lugar y momento deseado.