Los homínidos de la sierra de Atapuerca pudieron llegar a la madurez antes que los humanos actuales, según sugiere el primer estudio sobre la contabilización de los dos tipos de líneas de crecimiento del esmalte de dientes de homínidos del Pleistoceno Inferior y Medio en Europa.
Un equipo del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, en Burgos, ha reconstruido el esmalte desgastado de molares inferiores mediante una técnica más precisa fácilmente exportable a otros elementos anatómicos. Se podrá aplicar tanto a poblaciones humanas modernas, como al registro fósil y las ciencias forenses.
El esmalte que recubre nuestros dientes es el mismo que compartimos con otras especies de animales tetrápodos y peces. Sin embargo, hasta ahora se desconocía su origen. Un equipo internacional de científicos sugiere que un tejido –la ganoína–, hallado en las escamas de muchos peces fósiles y algunos primitivos que viven en la actualidad, es en realidad similar al esmalte. El hallazgo revela que el origen de este material dental se encuentra en peces ya extintos.
La dieta del Australopithecus anamensis, un homínido que vivió en el este del continente africano hace más de cuatro millones de años, era muy especializada e incluía tanto alimentos típicos de ambientes abiertos (semillas, juncos, hierbas, etc.) como frutos y tubérculos. Así lo indica un estudio científico que tiene como primer autor a Fernando Estebaranz, investigador del departamento de Biología Animal de la Universidad de Barcelona.
Un nuevo estudio de la Universidad de Florida (EE UU) ha demostrado que los mamíferos cambian sus hábitos alimenticios en función de cambios medioambientales producidos por el clima, lo que contradice la hipótesis común de que las especies mantienen sus nichos alimenticios a pesar del calentamiento global.