Los resultados de un estudio, liderado por ISGlobal, muestran que el O3 procedente de fuera de las propias fronteras nacionales contribuyó al 88,3 % de las muertes atribuibles a este contaminante en 35 países europeos. Los autores señalan que los efectos perniciosos de este contaminante se están agravando por el calentamiento global.
La Organización Mundial de la Salud solicitó esta semana información detallada a las autoridades de Pekín sobre el reciente incremento en casos de enfermedades respiratorias en niños, y ha emitido recomendaciones preventivas para el país asiático.
Un estudio liderado por Instituto de Salud Global de Barcelona indica que aunque los ingresos son mayores durante los meses de invierno, la máxima incidencia de mortalidad hospitalaria por enfermedades como bronquitis aguda, bronquiolitis, neumonía e insuficiencia respiratoria, entre otras, se produjo entre junio y septiembre y estuvo fuertemente relacionada con las altas temperaturas.
Un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona ha determinado que el aumento del dióxido de nitrógeno, carbono negro y ozono en el ambiente estaba vinculado a un mayor riesgo de hospitalización por esta enfermedad, ingreso en UCI y muerte.
Científicos de España, EE UU y otros 12 países hacen un llamamiento en la revista Science para que comience una nueva era en la prevención de la transmisión aérea de infecciones respiratorias, como la covid-19, al igual que en los siglos XIX y XX se reguló eliminar los patógenos del agua y los alimentos. Los autores abogan por establecer medidas para la ventilación en interiores, como el flujo de aire, tasas de filtración y monitoreo.
El crecimiento de los bebés en los tres primeros años de vida afecta al desarrollo de la función pulmonar y al riesgo de padecer asma al alcanzar los 10 años de edad. Así, los bebés que aumentaban de peso más rápido y que poseían un mayor índice de masa corporal tenían una menor función pulmonar años después.
Tras un seguimiento de 20 años a más de 3.300 personas, un equipo de científicos liderados por el Instituto de Salud Global de Barcelona ha establecido una relación entre determinadas exposiciones en el ámbito ocupacional y el riesgo de padecer enfermedad pulmonar obstructiva crónica. El 21% de los casos detectados de esta patología estuvo asociado con exposición a polvos orgánicos, gases, humos y pesticidas.
Un equipo internacional de investigadoras ha recomendado la promoción de la actividad física después de un empeoramiento de los síntomas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o EPOC. Los resultados revelan que dicha caída en el ejercicio tiene un efecto importante y duradero.
Los vehículos, sobre todo los diésel, emiten partículas PM2,5 que tienen efectos nocivos para la salud. / SINC