La ingesta de alimentos ricos en vitamina E retrasa el envejecimiento de las células y tejidos, así como de los órganos vitales, según un nuevo estudio. En la actualidad, la principal fuente de esta vitamina se obtiene de forma natural con el consumo de aceite de oliva virgen extra, pescado azul, verduras, frutos secos, huevos o cereales integrales. Su consumo previene la aparición de enfermedades crónicas asociadas al envejecimiento.