Ecuaciones para modelar el crecimiento de tumores, algoritmos para probar futuras máquinas, avanzadas teorías de computación y una fórmula para marcar un gol son algunos de los temas que se han tratado esta semana en la capital andaluza durante el 9º Congreso Europeo de Matemáticas.
Hasta bien entrado el siglo XX, el pronóstico meteorológico tenía mucho de artesanal y poco de científico. En su mejora tuvo mucho que ver la primera predicción con números, realizada por Lewis Fry Richardson hace un siglo. La aportación del matemático británico, reforzada por el avance informático, hizo que diera un salto enorme en rapidez y precisión.
Se licenció en Física, pero sus ecuaciones para describir la evolución del calor le han llevado a ganar uno de los premios más prestigiosos para los jóvenes matemáticos de nuestro país. Ahora trabaja en el Instituto de Matemática Aplicada de la Universidad de Heidelberg, en Alemania.
El Congreso Bienal de la Real Sociedad Matemática acoge esta semana en Zaragoza a importantes figuras en la investigación matemática, como Martin Hairer (Ginebra, 1975), un experto mundial en ecuaciones diferenciales parciales estocásticas. Hablamos con él sobre los nefastos efectos del Brexit en la investigación británica y sobre las consecuencias de tener un mal profesor de matemáticas.
Nigel Hitchin (Holbrook, Reino Unido, 1946) es el padre de múltiples descubrimientos matemáticos que llevan su nombre. Hace quince años, durante un puente lluvioso del 1 mayo en Madrid, gestó la geometría generalizada que ahora se utiliza como una importante herramienta en teoría de cuerdas. Hablamos con él en el Instituto de Ciencias Matemáticas, donde ha celebrado su 70 cumpleaños rodeado de las ideas inspiradoras de sus discípulos.
Nigel Hitchin en el el Instituto de Ciencias Matemáticas, en Madrid. / Olmo Calvo / SINC
La mejor forma de cortar las uñas de manos y pies es dejar un borde recto o parabólico. Así lo confirman las ecuaciones desarrolladas por investigadores de la Universidad de Nottingham, que también aclaran por qué la uña del dedo gordo del pie es la que más se encarna.