La economía no llegará al 2050 neutra en carbono si esperamos al año anterior para comenzar a reducir los gases de efecto invernadero. "Hay que contar con un plan rápido, no basado en compensaciones sino en reducción de emisiones, especialmente entre las clases más altas y por parte de los países más ricos", sostiene el autor de Contra la sostenibilidad. El libro pone en cuestión las etiquetas y aboga por dejar de postergar las soluciones ambientales.
El mobiliario que ofrecen grandes cadenas son asequibles y rápidos de fabricar, pero, precisamente por eso, se estropean y cambian con frecuencia. Como la moda rápida, la fast furniture tiene un coste en el ecosistema.
Con desperdicios alimentarios, polímeros e impresión 3D, investigadores del proyecto europeo BARBARA han fabricado embellecedores de puertas y frentes de salpicadero para vehículos, así como uniones para vigas. Entre sus ‘ingredientes’ figuran polisacáridos del maíz, aditivos de granada y fragancias de limón con cáscara de almendra.
El Consejo de Ministros ha dado luz verde hoy a la Estrategia Española de Economía Circular “España Circular 2030” que permitirá reducir en un 30 % el consumo nacional de materiales y recortar un 15 % la generación de residuos respecto a 2010. También se ha aprobado el anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados que abordará el reto de los plásticos de un solo uso, y un real decreto para la trazabilidad y el control de los traslados de residuos.
Un grupo de científicos apuntan en un informe de la Comisión Europea que los componentes sociales, económicos y ecológicos del sistema alimentario actual lo hacen inviable a largo plazo y advierten que es necesario un cambio del consumo lineal a una economía circular.
Investigadoras de la Universidad Politécnica de Madrid han desarrollado nuevos productos de yeso que incorporan desechos de plásticos de cables. Además de contribuir a la economía circular con la reutilización de estos residuos, las propiedades de estos compuestos mejoran la situación de los edificios frente a la acción externa del agua.
Científicos de la Universidad de Córdoba han creado un combustible apto para su uso comercial a partir de los desperdicios de alimentos que tiran los restaurantes. En concreto, se reutilizan los ácidos grasos empleando ultrasonidos y una técnica llamada transesterificación.
Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos y la compañía FCC AQUALIA han desarrollado un sistema de tratamiento de aguas residuales basado en la economía circular, que trata de transformar los excedentes en nueva materia prima. En este caso se emplean bacterias fototróficas púrpura, capaces de aprovechar los nutrientes de este tipo de aguas usando luz infrarroja como fuente de energía.