Los tanques de tormenta son una pieza imprescindible en las redes de saneamiento de aguas de ciudades como Bilbao, ya que pueden evitar inundaciones en situaciones de fuertes lluvias. Cumplen funciones de almacenamiento: cuando empieza a llover intensamente, retienen principalmente los primeros litros, impidiendo que el agua llegue de golpe a la planta de tratamiento. El problema es que, para poder hacerlos funcionar, es necesario saber con antelación que va a llover con intensidad. Se calcula que hace falta un margen de seis horas para tenerlo todo preparado. Por esta razón, el físico Alejandro Fernández ha realizado pruebas con un modelo de predicción estadístico, aplicándolo a la red de saneamiento del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia.