Un equipo de investigación ha cuestionado la hipótesis biológica tradicional sobre el estadio ancestral alimenticio de los primeros ciervos (Cervidae). Tras analizar el desgaste dental y la morfología funcional de los dientes de esta especie extinguida hace 16 millones de años, el estudio plantea la nueva hipótesis de que ciervos y bóvidos estaban capacitados para una alimentación mixta, lo que les permitió adaptarse a los cambios ambientales que acaecieron durante el Mioceno.