Actividades como el piragüismo, la pesca deportiva y el excursionismo han favorecido la dispersión accidental por muchos ríos de la Península de un alga invasora, conocida popularmente como moco de roca. Solo algunos pequeños organismos de los ríos, como la hidra de agua, son capaces de adaptarse al impacto ecológico de esta agua, según alerta un estudio liderado por la Universidad de Barcelona.
En territorios áridos, con escasas precipitaciones y lejos de los entornos acuáticos o húmedos donde se desarrollan, existe un puñado de especies de microalgas, diatomeas, que sobreviven en estos ambientes. La lista se acaba de ampliar con tres nuevas especies de género Microcostatus, descritas por un equipo internacional en el que participan investigadores sudafricanos, españoles y luxemburgueses. Estos microorganismos han sido encontrados en el Parque Nacional Kruger, una extensa reserva natural.
Las diatomeas son algas microscópicas de los sistemas acuáticos. Por su amplia distribución en aguas marinas ydulces, y su situación en la base de la cadena trófica, estas algas son indicadores biológicos de los entornos en los que se encuentran. Conocer la variedad de estas especies es importante para saber el estado de salud de cuencas hidrográficas como la del Duero, que contará en breve con el primer atlas ilustrado de diatomeas, un trabajo de siete años de investigación a cargo del Laboratorio de Diatomología de la Universidad de León (ULE).
Diatomea del género Navicula.
Un equipo de investigadores de la Universidad de León ha encontrado en la laguna de Constanzana (Ávila) un nuevo organismo denominado Eolimna becaresii, una especie desconocida hasta ahora para la ciencia. Se trata de la primera descripción de una nueva diatomea, un género de algas, conseguida en España en los últimos dos años.