Para mantener la fuerza muscular las células deben deshacerse de los desperdicios que se acumulan en ellas con el tiempo. Así lo indica un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Pádova (Italia) y publicado en el último número de la revista Cell Metabolism, que muestran cómo en el caso de las células este material de desecho se compone de restos de orgánulos, grupos tóxicos de proteínas y patógenos.